NUESTRO BLOG

Con este blog pretendemos mostrar la naturaleza como la vemos desde nuestro concepto mas natural,sin ciencia llena de tablas y numerología,simplemente desde el punto de vista del naturalista de campo que observa una vida,la contempla,la disfruta,apunta en su cuaderno,fotografía y termina su jornada sin mas pretensión que haber pasado una jornada en el medio que le llena de vida,que no es otro que la inmensidad que nos encontramos cuando campeamos.

domingo, 22 de julio de 2012

CERNICALO PRIMILLA
























CERNICALO PRIMILLA


El sábado por la tarde a las 14:30 h, con el sofocante ambiente veraniego, tomamos rumbo hacia Villena, norte de alicante, nuestra pretensión era observar los cernícalos primilla, probablemente fuese ya demasiado tarde para localizar una pollada en el viejo cubil donde afloraron sus vidas, han crecido y dan sus primeros contoneos por lo que será su vida, el campo abierto, en el que tendrán que fortalecerse y aprender a vivir en sus idas y venidas durante toda su vida.
Llegamos a una zona que desconocíamos, la búsqueda seria ardua e imprevista, la partida de referencia Alforins, campeamos durante varias horas por un paraje comprendido por un mosaico donde se intercalaban de manera aleatoria verdes viñas, dorados rastrojos de cereal, labrados, barbechos donde los cardos eran abundantes, eriales dando vida salvaje al trabajado y cuidado paraje en el que nos encontramos, medianas plantaciones de girasol de gesto vergonzoso mirando al suelo, montes de pino medio y disperso, los nogales con sensación de tierra viva, cultivo de olivo muy trabajados como el resto de cultivos que eran regados por una serie de balsas de gran tamaño, destacando la llamada San Diego, una enorme balsa situada en la parte alta de una loma, con una capacidad de 22 hectómetros , 6 metros de profundidad, con agua procedente de Cullera por el canal del Jucar-vinalopo.
Las aves en número y variedad nos sorprendían a nuestro paso, nos iban saliendo según habitad las diferentes especies:
Alcaudón real y común por todo el trayecto. Chorlitejo chico en balsa, urracas, en un pedregal una preciosa pollada de collalba rubia, abejarucos en diversos parajes donde las libélulas nos sorprendían contándose por miles, los cernícalos primillas en postes se localizan con frecuencia, en el aire algún común; las perdices con los perdigones ya de tamaño de adultas campeaban en bandos entre eriales y rastrojos, un águila culebrera despierta nuestra mirada en las alturas donde las nubes quieren hacerse notar poco a poco, los bandos de pardillos, jilgueros y trigueros revoleteaban con sus notas de atractivo reclamo, curruca carrasqueña, mochuelo, vencejo real; en la gran balsa de san diego ánade real, zampullín cuellinegro, zampullín común, focha común, gaviota reidora, pagaza pico negra, cigüeñuela, garza real.
Tierra de cogujadas comunes, se dejan observar en considerable número, torcaces sobrevuelan los parajes de pino y olivar, las abubillas rebuscan en los caminos perdidos insectos al descubierto, los verdecillos jóvenes emiten su característico sonido nidaceo, golondrina común, avión común, g.daurica y vencejos sobrevuelan el principio de la caída de la tarde ya nublada con gotas hondando en el polvo del camino, estorninos y los comunes gorriones entre ellos un solitario buitrón, un joven críalo en un derruido margen de piedra, lavandera blanca y terreras; surca las alturas la majestuosa águila real, con su gran envergadura alar y sus dedos marcando las puntas de las alas identificándose con su noble planear.
Pero para nosotros lo mas inolvidable, lo más emocionante en nuestra andadura por tierras del primilla, fue encontrar en un tejado de carácter viejo una pollada de tres pollos de primilla, allí estaban con su dulce mirada, sorprendidos por nuestra presencia, relajados por su inocencia, en un tejado de marrones tejas envejecidas por el paso del tiempo daban sensación de jaspeadas donde nuestros anfitriones se podían camuflar y pasar desapercibidos ante los ojos de los profanos, fue en ese tejado donde acercándonos con el sigilo del lince que pretende cazar un conejo, descubrimos que estos aun no habían volado, la madre ante nuestra presencia emprende el vuelo arrastrando sus retoños, estos volaron quizás sus primeros vuelos más largos, no se separaron mucho del viejo cubil que les vio nacer, tan solo unos pequeños vuelos que resultaron de fascinante factura y un aprendizaje para ellos. No tardaron en descubrir que nosotros éramos tan solo unos admiradores de ellos y nos volaron por encima nuestra a baja altura haciéndonos exhibiciones de lo que sabían hacer, no tardaron en posarse sin inmutarse de nuestra presencia observándonos y haciendo gala de confianza, dejamos el lugar esperando que la suerte acompañe a nuestra querida pollada a la que le habíamos tomado un cariño como si los hubiésemos seguido desde su eclosión.
Ya de vuelta con la tarde cayendo, empezando a oscurecer nuestra vista, un zorro campea por una loma y un buen número de alcaravanes nos van saliendo al paso.
Esta tarde campeamos y observamos:
Juanma, Jacobo, Zaragozi, Alcaraz.





 

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